Compresor neumático
Existen varios tipos de compresores, pero antes de clasificarlos y diseccionarlos, vamos a definirlos o decir para que sirven.
Un compresor es un elemento, aparato o dispositivo que transforma la energía eléctrica o mecánica en energía
neumática, es decir, produce aire comprimido.
Este fenómeno puramente mecánico lo realiza el compresor de dos formas bien diferenciadas:
1. Transmitiendo energía cinética al aire.
2. Reduciendo el volumen de aire de su alrededor o de un recinto cerrado.
Sabiendo esto, ya podemos clasificarlos, pues usaremos los dos puntos anteriores para hacerlo:
Por aumento de energía cinética, disponemos de los compresores radiales y los compresores axiales.
También son denominados compresores centrífugos.
Reducción del volumen colindante, disponemos de los que funcionan con pistones,
tornillo o los de palas.
Como podréis imaginar cada sistema compresor es útil en la medida de la necesidad de la instalación neumática
que vayamos a alimentar, sin quitarle méritos al coste que podamos desembolsar.
Para decidir que clase de compresor debemos instalar tendremos que seguir las siguientes pautas:
1. Conocer el caudal que se necesita para la instalación, añadiendo las posibles pérdidas
de aire comprimido en la instalación.
2. Habrá que instalar un compresor con una capacidad de generar presión 1,5 superior al necesitado
por la instalación. Sin superar esta cifra, hay que tener muy en cuenta que generar presión es costoso.
3. Instalaremos el compresor en un lugar que no incremente la temperatura del aire comprimido, de esta forma,
eliminaremos en lo posible la generación de vapor de agua, que dicho de paso, este fenómeno es perjudicial para los elementos
mecánicos por la oxidación que produce en sus distintas partes.